CELOSÍA
La celosía no constituye un espacio
arquitectónico, sino más bien un elemento de cerramiento que emplea la
arquitectura. La celosía sigue un patrón formado por un “entramado” de formas.
El uso de la celosía tiene
origen ya en la antigüedad. El periodo histórico en el que las celosías se
desarrollan con mayor esplendor fue en el arte musulmán.
Es un elemento con distintas
aplicaciones; fachadas, separador de ambientes, en jardinería, coberturas de
vanos. Y también se puede hacer con una gran diversidad de materiales,
originalmente se utilizaban materiales que fuesen fácil de trabajar, como: el
ladrillo, yeserías, hierros forjados; hasta el acero, hormigón, resinas.
En todo tipo
de edificaciones se pueden utilizar las celosías, con ellas se pueden conseguir
efectos innovadores, a pesar de ser un material que ya se utilizaba en Egipto,
India y Mesopotamia. En la actualidad, las celosías se están utilizando como
revestimiento horizontal (falsos techos) y vertical retroiluminado, con el fin
de crear contrastes y sensaciones diferentes.
Este elemento tenía como
función principal la ventilación, compartimentación y la iluminación, y era también una forma de
proporcionar confort visual en dicho ambiente. Actualmente, se utilizan para
crear sensaciones; mayor amplitud, para hacer parecer más ligero los espacios y
más luminosos ya sea mediante iluminación natural o artificial.
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